Si bien ya hablamos de este coche cuando su lanzamiento era noticia, y por ser el automóvil de fabricación en serie más caro del mundo con un valor mayor al millon de euros, ¿Verdad que vale la pena examinarlo más a fondo?
Pagani es una empresa italiana, fundada por el argentino Horacio Pagani, que hasta el momento se habría dedicado ha producir diferentes versiones de su único modelo, el Pagani Zonda, pero ya ha llegado su descendencia, el Huayra.
No hace falta ser un experto para darse cuenta de sus similitudes con el Zonda, pero este modelo viene mucho más estético, más bonito, más lujoso, más caro, y.. ¿Más potente?.
Se trata de un biplaza superdeportivo, de líneas muy originales y con esmerado trabajo en cada detalle. La carrocería está fabricada en fibra de carbono con filamentos de titanio entremezclados, que le ofrecen una mayor resistencia con menos peso.
Al frente presenta una gran parrilla en fibra de carbono, que ocupa casi la totalidad del paragolpes delantero, un capot con detalles aerodinámicos y ópticas alargadas que parecen montarse sobre los abultados pasos de rueda.
La cabina es realmente angosta, pero es lo que se espera de este tipo de coches. Las puertas son del tipo “alas de gaviota”, y al estar desplegadas dejan a la vista abundantes detalles laterales en fibra de carbono. Los retrovisores, fabricados también de fibra de carbono, simulan largas antenas, al igual que muchos accesorios del coche parecen tener inspiración en los insectos.
A esta altura debo admitirles algo, la primera impresión que me dio el Huayra no fue precisamente buena, tantos detalles excéntricos, y la extraña forma de esos retrovisores no fueron de mi agrado al principio. Pero ya me acostumbré a sus lineas bizarras, y cada que lo veo, me enamoro más de él, me atrevería a decir que no conozco un automóvil más bello que este, y admiro la excelencia de su elaborado diseño.
Las ópticas posteriores constan de tres pequeños faros a cada lado, ubicados en una especie de “hoja” de fibra de carbono (en el modelo rojo), además, una estructura también en fibra que viene prolongándose desde el techo desemboca en los cuatro tubos de escape centrales. La zaga se completa con dos rejas triangulares que permiten entrever el motor del Pagani Huayra.
El interior, aunque por demás lujoso y de buen gusto (como era de esperarse en el auto más caro del mundo), integra algunas comodidades sin negar que el hábitat de este Pagani son las pistas. El motor se acciona insertando la llave debajo del panel central, dicha llave es una pequeña maqueta metálica. El cuero marrón de primera calidad, que se encuentra en los cómodos asientos, las alfombrillas, el torpedo y el volante, encaja perfectamente con la fibra de carbono, y los numerosos detalles brillantes y modernos del habitáculo. En un intento por hacer más práctica a esta fiera, se ha dotado al coche de un compartimento central que hace las veces de maletero, además de dos pequeños espacios detrás de los asientos.
Uno de los “chiches” que más me llamó la atención, es que se deja a la vista el mecanismo de la palanca de cambios, un toque pistero y competitivo, en medio de tanto lujo.
El corazón del Huayra es el motor Mercedes-Benz AMG, V12 Biturbo de 6 litros, con 700 CV de potencia, algo que lo pone a la altura de, por ejemplo, el Lamborghini Aventador (ver artículo), aunque el Pagani pesa por lo menos 200kg menos que éste.
La caja de cambios es de de doble embrague de siete velocidades.